Sirshasana
Postura sobre la cabeza
Técnica
- Tomar un almohadón o una manta doblada en cuatro partes.
- Ponerse de rodillas frente a dicha manta, apoyar los antebrazos en la manta, teniendo cuidado en que la distancia entre los codos no sea superior al ancho de los hombros.
- Entrelazar los dedos de las manos, y colocarlas de forma que los dedos meñiques queden apoyados en la manta y las palmas de canto a la misma.
- Apoyar la tapa de la cabeza en la manta, colocándola de modo que las manos puedan sostenerla firmemente.
- Empujando con las yemas de los dedos de los pies en el suelo, levantar las rodillas, caminar hacia delante hasta acercar los muslos al pecho.
- Empujando con los pies en el suelo, efectuar un leve balanceo levantando las piernas siempre flexionadas, hasta que las rodillas queden hacia arriba.
- Estirar las piernas hasta quedar con el cuerpo totalmente en forma vertical.
- Para disolver esta asana realizar los mismos pasos que al subir el cuerpo, pero a la inversa, comenzando por doblar las piernas.
- Los principiantes deben hacer esta postura ayudados por otra persona, o apoyándose contra una pared. En este último caso, la distancia entre la pared y la cabeza debe ser de 10 a 15 cms. Respirar por la nariz regularmente durante esta postura. Esta asana se puede mantener desde unos 10 segundos hasta 10 minutos.
Beneficios
Esta postura es llamada en Yoga, la reina de las asanas o postura de la juventud, ya que irriga el cerebro de sangre oxigenándolo y ayudando a todas sus funciones como memoria, discernimiento, intuición, etc… ayudando también a los sentidos de la vista, oído, olfato, gusto y a la piel del rostro. Al ser una posición invertida del cuerpo, descansan igualmente las piernas y el corazón. Quienes sufren de presión arterial, baja o alta, no deben realizar esta postura.
